La riqueza y variedad de la gastronomía son una característica innegable de la cultura Oaxaqueña, pero la forma en cómo se comparte y se ofrece desinteresadamente al prójimo radica en un aspecto más arraigado en nuestra historia: la religión.
Datos del INEGI del 2020 arrojan que el 75.5% de los Oaxaqueños profesa la religión católica, herencia directa de la etapa colonial en América Latina. Esta cifra en comparación con el análisis realizado 10 años antes es inferior por diversos motivos, uno de ellos es el incremento en los niveles de educación en la región y otro es el incremento de la presencia de otras religiones (o la ausencia de esta) en el mismo espacio, esto puede apreciarse con mayor detalle en el gráfico 1.
Existe testimonio de la latente existencia de hospitalidad y calidez del nativo americano antes, durante y después de la conquista; en tiempos de paz precolombinos, los pueblos solían compartir plumas y esclavos como muestra de buena fe y amistad. Con la llegada de los invasores Españoles basta con echar un vistazo a la entrega de alimentos y obsequios que los pobladores de Antillas le brindaron a Cristóbal Colón cuando éste pisó su suelo por primera vez. Con los años este concepto evolucionó en una cuestión de esclavismo entre los derrotados y los ganadores de las guerras por el control del nuevo mundo y la llegada del credo católico hasta ese momento desconocido para las nuevas tierras conquistadas.
Uno de los aspectos más importantes en todo este análisis está vinculado con una cuestión que no está presente en las estadísticas, la cual puede denominarse como “compartir el vino y el pan”, enseñanza presente en toda la cristiandad del mundo. La evidencia empírica radica en observaciones enfocadas a personas, por lo general de la tercera edad, las cuales tuvieron una crianza más de carácter puramente católico y tradicional pues los tiempos que les tocaron vivir no eran tan abiertos a diferentes posibilidades como ahora. Todos aquellos que crecimos en el seno de una familia Oaxaqueña sin temor a exagerar podemos asegurar que las visitas de la abuelita solían ser sinónimo de entusiasmo y presentes. La prosperidad económica no era una realidad, pero tampoco era un impedimento para poder ofrecer algo a sus seres queridos, ya sea algún fruto dulce o algún guisado elaborado por sus propias manos, pero llegar con las manos vacías no era una opción.
En nuestro calendario existen muchas fechas que vinculan directamente a la iglesia y la gastronomía pues una no puede ser sin la otra; fuera de alguna relación de poder, la alteridad que comparten son de tales dimensiones que incluso se considera a aquellos que ya no forman parte de este mundo, en la mundialmente conocida festividad de día de muertos en noviembre la cual es un derroche de sabores y colores. Otra de las fechas importantes también debe considerarse al día de la samaritana como una experiencia única en el mundo, ya que con el hecho de deambular por las calles de Oaxaca el tercer viernes de marzo te permite disfrutar de una gran variedad de aguas de sabor, nieves y antojitos regionales. No podía faltar la feria del mezcal, una gran oportunidad para degustar los diferentes perfiles de los destilados de agave que esta tierra produce.
Dichas tradiciones se enfrentan a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de la actualidad pues la posibilidad de regalar alimentos o agua se aleja de los ingresos promedio de hogares oaxaqueños que se encuentran bajo el umbral de pobreza. De acuerdo con los datos del Coneval la cantidad de estos últimos ha disminuido, pero no de manera muy significativa en los últimos 5 años. Si la redistribución de la riqueza alcanzará a estos desposeídos es muy probable que el folclor de las fiestas pueda llegar a más personas y estar al alcance de todos.
Glosario:
Antojitos regionales: Son pequeños bocadillos dulces que se ocupan como postres o entremeses para saciar el hambre o para compartir un producto con los interesados.
Folclor: Conjunto de tradiciones, leyendas, creencias, costumbres, proverbios, etc., populares y mantenidos por la tradición.
Inflación: Proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda: causa una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.
Poder adquisitivo: Capacidad económica de una persona o una colectividad para adquirir bienes y servicios.
Redistribución de la riqueza: La manera y proporción en que la riqueza económica es repartida entre los diferentes estratos sociales o sectores de un determinado país o sociedad.
Umbral de la pobreza: Es el nivel de ingreso mínimo y también máximo que puede llevar ese país según sus costumbres, tradiciones y creencias necesario para adquirir un adecuado estándar de vida en un país dado.
Bibliografía
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